El Consuelo de Nuestro Señor
Devociones para Tiempos de Gracia y Misericordia

 No hay en él parecer, no hay hermosura que atraiga miradas, no hay en él belleza que agrade. Despreciado, desecho de los hombres, varón de dolores, conocedor de todos los quebrantos, ante quien se vuelve el rostro, menospreciado, estimado en nada. (Isaías 53, 3)
 
 
Quien mira Mi rostro, ya me está consolando. (Nuestro Señor a la Hermana Pierina)

Apiádese Dios de nosotros y bendíganos, haga resplandecer Su faz sobre nosotros. (Salmo 66)

Como de él se pasmaron muchos, tan desfigurado estaba su rostro que no parecía ser de hombre, así se admirarán de él las gentes y los reyes cerrarán ante él su boca al ver lo que jamás vieron, al entender lo que jamás habían oido. (Isaías 52, 14-15)

Pero fue él, ciertamente, quien tomó sobre sí nuestras enfermedades y cargó con nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por castigado y herido por Dios y humillado. Fue transpasado por nuestras iniquidades y molido por nuestros pecados. El castigo salvador pesó sobre él, y en sus llagas hemos sido curados. (Isaías 53, 4-6)
 
 
Devoción al Santo Rostro de Nuestro Señor.
Consagraci&oacuten de las Gotas de Sangre que Cristo perdió en Su camino al Calvario.
Rosario de la Divina Misericordia.


Devoción al Santo Rostro de Nuestro Señor

 El Santísimo Rostro de Jesús - ¡Qué tremendo regalo de nuestro Padre Celestial! Dichosos aquellos que escuchan Su mensaje, y más aún quienes lo ponen por obra. Son palabras de nuestro Señor: "Cuando vuelva, ¿encontraré fe en la Tierra?". Nuestro Padre Celestial ha querido dejarnos un camino para ejercitar el respeto y la reverencia, la Devoción al Santísimo Rostro de Jesús, Su Hijo Amado, Aquel en quien Se complace.

Vivimos días de divino Amor y Misericordia y tenemos un remedio para luchar contra esta inmensa falta de fe. Gracias a una religiosa santa, la Madre Pierina, sabemos de una forma segura de obtener el gran don de la fe y de la fortaleza, así como otras importantes gracias. Este es un mensaje para almas sencillas: "Si no sois como un niño, no podreis entrar en el Reino de los Cielos".

 Con el objeto de promover esta devoción, se estableció en Montreal, Canada el 26 de Mayo de 1976, la Asociación del Santo Rostro. El objetivo de este apostolado es la reparación de las ofensas cometidas contra Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo), a través de la sencilla contemplación del Santo Rostro de Jesús Crucificado. Es la razón por la cual esta asociaciación se dedica a la difusión de postales, medallas, y documentos relativos al Santo Rostro de Jesús por todo el mundo. Este apostoldado recoge las palabras de San Pablo: "Prediquemos a Cristro Crucificado". No se trata de una devoción más - es una súplica del mismo Dios. 

Estas son las promesas de Nuestro Señor Jesucristo a aquellos que tengan devoción a Su Santo Rostro:
 
 
Les daré una contricción tan perfecta, que sus muchos pecados serán ante Mi vista convertidos en joyas de oro precioso.
Ninguna de estas personas se separará de Mi.
Ofreciendo Mi Rostro a Mi Padre, aplacarán Su ira, y comprarán, como con una moneda celestial, el perdón para los pobres pecadores.
Yo abriré Mi boca para implorar a Mi Padre por todas las peticiones que Me presenten.
Les iluminaré con Mi luz, se consumirán en Mi amor, y les recompensaré con la abundancia de las buenas obras.
Tal como hizo la piadosa Verónica, enjuagarán Mi Rostro ultrajado por el pecado, y Yo imprimiré en sus almas Mis divinos rasgos.
A la hora de su muerte, renovaré en ellos la imagen de Dios eclipsado por el pecado.
Por la semejanza a Mi Rostro, brillarán más que muchos en la vida eterna y el resplandor de Mi Rostro les llenará de gozo.

Estas promesas inestimables se han obtenido de los trabajos de St. Getrudis, de St. Mechtilde y de los escritos de la Hermana María de Saint-Pierre (Madre Pierina), una Carmelita que murió en Tours, Francia en olor de santidad.
 


Consagración de las Gotas de Sangre que Cristo perdió en Su camino al Calvario

 A continuación se presenta una copia de la carta dictada por Nuestro Señor Jesucristo a los Santos Matilda, Bridget e Isabel de Hungría, tras pedirLe que diese detalles concretos de Su Pasión, antes de que Le crucificaran. 

Recibe el nombre de: "La Oración" y fue encontrada en el Santo Sepulcro de Jerusalen a finales de 1800. Se guarda hoy en el Vaticano en una caja de plata desde que el 5 de Abril de 1890 en Roma la recogiera el entonces Papa Leon XIII. 

La carta relata al pie de la letra las Palabras de Cristo en Su aparición a los santos.
Su propósito es:

 Consagración de las Gotas de Sangre que Cristo perdió en Su camino al Calvario:

 "Descendí del cielo a la tierra para convertiros. En la antiguedad la gente era religiosa y sus cosechas abundantes; en el tiempo presente, por el contrario, son escasas.

 Si quereis cosechar con abundancia no debeis trabajar los Domingos, pues en los Domingos debeis ir a la Iglesia y rezar para que Dios perdone vuestros pecados. El os dió seis días para trabajar y uno para el descanso y la devoción, para ofrecer vuestra ayuda al pobre y asistir a la Iglesia.

 Las personas que disputan contra Mi religion o lanzan calumnias sobre esta Carta Sagrada, serán de Mi amparo abandonadas.

 Por el contrario, aquellas que lleven consigo una copia de esta Carta, se librarán de morir por ahogamiento o de forma repentina; de morir de enfermedades contagiosas o por el rayo; de morir sin confesión, se librarán de sus enemigos y de la mano de la autoridad injusta, y de todos sus difamadores y falsos testigos.

 Las mujeres que en tiempo de parto se hallen en peligro, conservando con ellas esta Oración, superarán la dificultad inmediatamente. En los hogares donde se guarde esta Oración nunca ocurrirá nada malo: y cuarenta días antes de la muerte de una persona que posea esta Oración, la Santísima Virgen se le aparecerá. Así lo dijo San Gregorio.

 A todo creyente que recite durante 3 años, cada día, 2 Padres Nuestros, Glorias y Ave Marías, en honor de las gotas de sangre que perdí, le concederé las cinco gracias siguientes:

 1.- La indulgencia plenaria y remisión de sus pecados.

 2.- Estará libre de las penas del Purgatorio.

 3.- Si debiera morir antes de completar los 3 años señalados, para él será igual que si los hubiera completado.

 4.- A la hora de su muerte, será como si hubiese derramado toda su sangre por la Santa Fe.

 5.- Yo mismo, descenderé del cielo a llevar su alma y la de sus familiares, hasta la cuarta generación.

 Que se sepa: el número de soldados armados fue de 150; los que Me arrastraron atado fueron 23. Los verdugos, 83; los golpes recibidos en Mi cabeza, 150; en Mi estomago, 108; las patadas en Mis hombros, 80. Fui, atado, llevado arrastras por el pelo 24 veces; escupieron sobre Mi rostro 180 veces; fui apaleado 6666 veces en el cuerpo; 100 veces en la cabeza. Fui brutalmente empujado y a las 12 en punto alzado por el pelo; pinchado con espinas y tirado de la barba 23 veces; recibí 20 heridas en la cabeza; de puas de cecina, 72; pinchazos de espina en mi cabeza, 110; espinas mortales en la frente, 3. Después fui azotado y vestido como un rey de burla; las heridas en el cuerpo, 1000. Los soldados que me llevaron al Calvario fueron 608; me miraron 3, y se burlaron de Mi 1008; las gotas de sangre que perdí fueron 28,430."

 Benedetta DA S.S. Papa Leon XIII, Roma, 5 Abril, 1890
 
 

Rosario de la Divina Misericordia

 Son palabras de Nuestro Señor a la hermana Faustina:
 
 
"Dí incesantemente este rosario que te he enseñado. Los que lo recen recibirán gran Misericordia en la hora de su muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como última esperanza. Incluso aquel pecador más endurecido, si recita este Rosario, aunque sea una sola vez, recibirá la gracia de Mi Infinita Misericordia. Quiero dar gracias inimaginables a aquellos que confien en Mi Misericordia..."

 "...cuando se diga este Rosario en presencia de un moribundo, Yo intercederé entre Mi Padre y el moribundo no como el Justo Juez sino como el Salvador Misericordioso."
 
 

¿Y en qué consiste este poderoso instrumento de la Divina Misericordia?
En palabras de Nuestro Señor:
 
 
"Para empezar: dirás un Padre Nuestro, un Ave Maria, y un Credo."

 "En las cuentas grandes del rosario dirás las siguientes palabras: 

Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Queridísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en reparación de nuestros pecados y de los de todo el mundo"

 "En las cuentas pequeñas debes decir:

Por el motivo de Su dolorosa Pasión tened Misericordia de nosotros y de todo el mundo."

 "Para concluir dirás por tres veces:

Dios Santo, Todopoderoso y Eterno tened Misericordia de nosotros y de todo el mundo."
 
 

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