Después de tanto pino, y por si alguno no está satisfecho, hay van algunas consideraciones finales para que, aunque me sienta como el que explica un chiste ante un auditorio sin gracia, los que no hallan caido aún en la cuenta, tomen precisa nota de la síntesis y hermosura del sencillo pero rico símbolo que ha escogido la Santísima Virgen en Garabandal para dejarnos en él una señal de Dios.

El pino, son cuatro letras y cuatro partes, como cuatro son las sílabas de Garabandal y como son cuatro los puntos cardinales, que enraizan en la tierra donde habita el hombre y apuntan, como una flecha de la naturaleza, hacia el cielo donde reina Dios. ?A qué nos invita el pino, ese hueped navideño que nos resulta tan familiar?

Algún ser de anclaje diabólico ya habrá pensado: "!Para evitarlo, vamos a talar los pinos de Garabandal!". Triste pensamiento. Destruir el símbolo que nos invita a la conversión, es el mismo símbolo de la condenación...

Acerca del castigo de la justicia de Dios, conviene recordar ese argumento socrático que dice que es peor cometer la injusticia, que padecerla, y peor aún quedar impune...

Hemos de recordar que el árbol del Paraiso era para el conocimiento del bien y del mal. !Ya vale de darle a la manzana, y probemos de una vez el fruto del bien que nos trae la felicidad duradera!

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Nota del autor

Algunos links que pueden resultar de interés por estar relacionados con el mensaje de Garabandal:

El Consuelo de Nuestro Señor (para Tiempos de Gracia y Misericordia)

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