Segunda locución de Conchita
13 de febrero de 1966



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El domingo 13 de Febrero, en el momento de dar gracias a Dios después de comulgar, he recibido a la vez una gran alegría, y a la vez una tristeza mayor y una desilusión.

He oido la voz de Cristo que me decía así:

"Conchita, tú has venido aquí al colegio a prepararte para ser mi esposa y dices que para seguirme... ?No me dices que quieres seguir Mi voluntad? Pues tú ahora quieres seguir la tuya. ?Quieres seguir así toda tu vida? No te he elegido en el convento, te he elegido en el mundo, para que estés en él enfrentándote con las muchas contrariedades y con los muchos peligros que por Mí hallarás".

"Todo ésto lo quiero Yo para tú santificación y para que lo ofrezcas por la salvación del mundo. Debes hablar al mundo de María, Mi Madre y Madre de todos. Acuérdate que en Junio me preguntaste si serías monja y te he dicho que no. En cualquier parte hallarás la cruz, la cruz y el sufrimiento, te lo vuelvo a repetir. ?Has sentido mi llamada para ser mi esposa? No, porque no te he llamado".

Yo Le pregunté:" ?Y cómo se siente Tu llamada para ser monja?". Nuestro Señor me contestó: "No te preocupes tú no la sentirás". Yo Le dije: "?Entonces no me quieres, Jesús?". Me contestó: "Conchita, ?tú me preguntas eso? Cumple Mi voluntad y encontrarás mi amor, examínate bien. Piensa más en los demás. No te importen las tentaciones. Si eres fiel a Mi amor vencerás todas las que tengas".

"Se inteligente en lo que te he dicho, inteligente espiritualmente. No te tapes tú misma los ojos del alma. No te dejes engañar por el mundo. Ama la humildad, la sencillez, no pienses que lo que has hecho es mucho. Piensa en lo que tienes que hacer para el mundo. Que cumplas Mi Divina Voluntad, que toda alma que se prepare, que tenga el alma dispuesta a a oírme y sabrá cual es Mi voluntad".

"Quiero decirte que antes del Milagro sufrirás mucho, pues habrá pocos que te crean, tu misma familia creerá que la has engañado, todo esto es para tu santificación y para que el mundo cumpla el mensaje. Quiero prevenirte que el resto de tu vida será ya un continuo sufrimiento. No te acobardes, en el dolor estoy Yo y María, a quien tú tanto amas".

Yo pregunté a Nuestro Señor, si en Roma también me dejarían de creer y no me ha contestado. Solo me dijo: "No te preocupes si te creerán o no, Yo lo haré todo, pero también te daré el sufrimiento. Quien sufre por Mi yo estaré con él".

Firmado: Conchita González.

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